de Johannes Veermer |
Recuerdo
Cuando a esta tierra
llegaron pioneros.
Bravíos, lúgubre su gesto
seguidos por impasibles teutonas.
Ellas labraban
delicadas tramas:
macramé y estaño.
Aliñaban extrañas ensaladas
de frutos indianos
y someros pasteles alcanforados.
Ellos ordeñaban bóvidos variados.
Araban hasta que el sol carmesí
abandonaba el gran oriente.
Los niños lentamente silabeaban
balbuceantes palabras
de su lengua reciente.
Jugaban desnudos,
sin tocarse,
complicados juegos cisalpinos.
Y al caer la noche
bajo el implacable resplandor
de un satélite amarillento
rezaban (en torno a la mesa
atestada de legumbres, licores florales
y mariposas negras)
un perimido breviario anabaptista.
Luego la tarea más dura era del sueño
(también del mío).
Aunque el de ellos, justo es decirlo,
era mucho mas pecaminoso.
*.*.*.*
Una Noche
Estoy perdidamente enamorado de esta brisa
que me abraza, me refresca,
me dilata.
que me abraza, me refresca,
me dilata.
¿Habrá a esta hora
alguien pescando en el oscuro río,
a solas con su red
y su farol?
alguien pescando en el oscuro río,
a solas con su red
y su farol?
¿Habrá alguien poblando los vagones,
trepado a una botella,
vegetando, se diría,
en su vigilia?
trepado a una botella,
vegetando, se diría,
en su vigilia?
¿Qué soñarán, en esta hora,
los monjes en sus celdas?
los monjes en sus celdas?
El último de ellos
¿irá por los corredores
apagando las luces
lentamente?
¿irá por los corredores
apagando las luces
lentamente?
*.*.*.*
Daniel Rafalovich,
octubre, 1958.
Poeta de Santa Fe (Argentina)
2 comentarios:
Me quedo con "Una noche", un poema logrado de Rafalivich
Saludos.
Es bellísimo, ese amor con que Rafalovich trata a las palabras es correspondido en cada verso,
un abrazo Jorge,
gracias por tu visita
Publicar un comentario