Gustav Klimt - La sangre del pez |
Sin hacer nada
sólo un mar reservado a sus fondos
de piedra y seres diminutos
Con un vaso en la mano,
un pequeño barco
que se aleja mecido por las aguas,
dos hielos sus únicos tripulantes
Vagar profundo y quieto
humedeciendo cosas
Pesadas las extremidades
como si el cuerpo, desde el medio,
estuviese quebrado
y la espuma del vino bendijera la orilla
De algo me servirá
este cuerpo quebrado, esta orilla bendita, esta nave marina
algunos versos llegan
uvas y peces, lo mismo...
Max Ernst - El más corto de los sueños |
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2 comentarios:
Tienes un modo de decirles a las cosas y a las situaciones que me balancea la cabeza como una música de vals, Princesa.
Siempre es imposible entrar del todo en el pensamiento y en el sentimiento de otra persona cuando escribe algo. Reconozco que esta vez me he quedado con algo de ansiedad, pues noto que algo se me escapa, si nó para sentir tu intención (eso solo lo puedes sentir tú), sí al menos para poder disfrutar algo más del poema. Pero esto es como los chistes, que si tienes que explicarlos pierden la gracia. Continuaré gozando con tu hermosa forma de plasmarlo y activando mi cerebro para interpretarlo (me da el pálpito de que todas las interpretaciones las sentiré lindas).
¡Besazo XXL para mi bellísima Primita transoceánica!
Pura holgazanería, primo, holgazanería de domingo y vino,
super besos para vos,
me encantó tu D.T.
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